Hay muchos corredores que han sorprendido en esta Vuelta o
que nos han desilusionado. Como decepciones podríamos decir muchos, como
Cayetano Sarmiento, Vaugrenard, Frederik Willems, Wesley Sulzberger o Christophe
Riblon, pero me voy a quedar con un nombre, del cual esperaba mucho de él tras
el Tour 2011 que hizo, ese corredor es Egor Silin.
El ruso fichó por Astana siendo una de las mayores promesas
del ciclismo de su país, y parecía que este año iba a ser el suyo. Su no
inclusión en el Tour daba por sentado que su rendimiento no era el más
adecuado, pero en la Vuelta, trayendo el Astana un equipo tan flojo, parecía
que era el momento de su lucimiento, de demostrar la confianza que habían
puesto en él. Pues no fue así. Día tras día se arrastraba y no hacía nada más
que ir en el pelotón y quedarse en los grupetos para llegar a meta, llegando de
los últimos en etapas de montaña. En todas las etapas ha perdido tiempo,
incluso en la última etapa, en la cual ha perdido 32’’. Un corredor de su nivel
y de su potencial no puede quedar el 122º a 3h 01' 50''. Esperaremos informaciones
para saber si estaba en baja forma o simplemente no ha dado para más.
En cuanto al corredor sorpresa me quedo con el jovencísimo
Andrew Talansky, el cual en su 2º año como profesional y en su 1ª Grande, ha
conseguido acabar 7º.
El americano es un corredor muy completo que sube bien y que
en contrarreloj machaca a sus rivales.
Cuando corría en EE.UU prometía muchísimo, y su fichaje por le Garmin le
hizo tener la oportunidad de mostrar su nivel. En esta Vuelta mostró carácter y
calidad, demostrando al personal por qué se había llevado el Tour de l'Ain. En
las subidas estuvo con los mejores y en la crono también, teniendo una
regularidad que pocos han tenido en esta Vuelta. En él hay depositadas muchas
esperanzas. Él se compara con Wiggins, pero veremos si el “pitbull” consigue
llegar tan lejos como el británico.